Recientemente, el Banco de España (BDE) ha reconocido que los intermediarios del mercado crediticio actualmente se enfrentan a muchos desafíos, incluidos los impactos de la pandemia de COVID-19 y varias reformas legislativas importantes que entraron en vigencia este año fiscal. En ese sentido, es importante conocer el rol del máximo supervisor financiero del país en los préstamos rápidos y créditos que los usuarios acabamos contratando en bancos o prestamistas.
El papel del Banco de España en el riesgo y las condiciones del crédito
En 2014, el BDE adaptó su programa de trabajo para reducir el número de revisiones de los intermediarios del mercado financiero y ajustó algunos aspectos regulatorios vinculados a la concesión de financiación. Si bien se enfocan en apoyar a las empresas y a la recuperación económica, se toman medidas coercitivas cuando haya evidencia de mala conducta y sea de interés público hacerlo.
Las tasas de interés históricamente bajas y la búsqueda continua de rendimiento han inflado el apetito por el riesgo de los inversores minoristas y han estimulado la actividad fraudulenta. Si bien el Banco de España busca identificar y cerrar rápidamente las estafas, se alienta a los intermediarios del mercado a concienciar a sus clientes sobre el entorno de mayor riesgo. Del mismo modo, se han habilitado algunos canales para que los usuarios podamos reportar cualquier entidad o actividad que consideremos sospechosa.
Garantías para el usuario final
Esta normativa implica un concepto clave: que los titulares de licencias de proveedores de financiación no deben celebrar un contrato de crédito con un consumidor, ni sugerir un contrato de crédito a un consumidor o ayudar a un consumidor a solicitar un contrato de crédito si el contrato de crédito no es adecuado para el consumidor. Se trata de estimular sólo la contratación responsable de préstamos, minicréditos y minipréstamos por igual.
Como entidades prestamistas, deben decidir cómo el consumidor delante de ellas cumplirá con las obligaciones crediticias responsables. Las obligaciones de préstamo responsable implican:
- Hacer comprobaciones razonables sobre la situación financiera de un consumidor y sus requisitos y objetivos por los cuales solicita financiación.
- Tomar medidas razonables para verificar la situación financiera de un consumidor.
- Hacer una evaluación preliminar (si está proporcionando asistencia crediticia) o una evaluación final sobre si el contrato de crédito ‘no es adecuado’ para el consumidor.
- Si un consumidor lo solicita, proporcionarle una copia escrita o una respuesta informada de la evaluación preliminar o evaluación final (según corresponda), para que el consumidor entienda el motivo de la denegación, si se da el caso.